El informe McKinsey de 2007 dejaba claro que “la formación y el apoyo continuo para que los docentes desarrollen prácticas cada vez más eficaces”
es uno los rasgos comunes más importantes de los sistemas educativos
que consiguen mejores resultados en las evaluaciones internacionales
(los otros dos eran la selección de profesorado y los procesos que se
diseñan para asegurar que la eficacia instructiva llegue a todos).
Gabriel Castellanos, presidente de CICAE, incidía en ello en el artículo “Cinco claves para la mejora” (El País, 25/03/12):
“Las conclusiones del Informe McKinsey de 2007 son
irrefutables. ‘El nivel educativo de cualquier país depende de su
capacidad para formar y motivar adecuadamente a sus profesores’. No le
demos más vueltas. Podemos cambiar todas las leyes educativas, a los
ministros de Educación, hacer todos los exámenes que queramos, incluso
empeñarnos en politizar alguna asignatura. Si no cambiamos el modelo de
formación de nuestro profesorado, poco o nada cambiará.”
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